Quiénes somos
¿Quiénes somos? ¿Qué hay detrás de Jara?
Si sentís curiosidad, si queréis conocernos un poco mejor, os contamos como nació Floristería Jara.
Los orígenes
Tradicionalmente en nuestra familia nos hemos dedicado al mantenimiento y preservación del bosque y del monte, de la conservación del entorno natural y, por otra parte, al cultivo y mantenimiento de diferentes tipos de plantas y flores en nuestros viveros.
Desde que éramos jóvenes estábamos familiarizados con los controles necesarios para evaluar la salud del bosque e identificar las posibles amenazas, con la protección y preservación de las diversas especies de vegetales y animales que lo habitan, con el manejo de manera sostenible de los recursos naturales, con la recuperación de las áreas degradadas y con las medidas preventivas para reducir el riesgo de incendios.
Por otro lado teníamos viveros propios en los que desde niños sembrábamos semillas, producíamos esquejes, dividíamos la planta madre para crear nuevas plantas, trasplantábamos.
Estábamos acostumbrados a proporcionar a las plantas las condiciones óptimas de luz, agua, temperatura y nutrientes.
Realizábamos las actividades de mantenimiento regular necesarias para garantizar que las plantas se mantuviesen sanas y vigorosas como el riego, la poda, la eliminación de malas hierbas, la fertilización, el control de plagas y enfermedades.
Teníamos las instalaciones, los conocimientos y la capacidad para para crear arreglos florales atractivos, para combinar con criterio y valor estético formas, tamaños, texturas y colores.
Estábamos y estamos al tanto de las tendencias.
Y nos gustaba y nos gusta la gente.
Además, es muy agradable trabajar con una materia prima tan singular por su poderoso simbolismo, su capacidad para expresar sentimientos y emociones y para influir tan positivamente en la vida de las personas.
No es de extrañar que cuando nos propusimos abrir un establecimiento, hace mas de veinticinco años, este fuese una floristería.
¿Elegimos nuestro oficio o el oficio nos escogió a nosotros?
¿Y por qué Jara?
Para describir nuestras intenciones, nuestro estilo y manera de trabajar y de relacionarnos, nuestra identidad tenía que cumplir una serie de criterios: tenía que ser sencilla, sonora, coherente con el proyecto, positiva y cordial y fácil de recordar.
¿Responde Jara a estos criterios? ¿Coincide con nuestra personalidad?
Creemos que sí.
El origen etimológico ya es de por sí revelador. Jara viene del árabe hispánico šá‘ra, y este del clásico شاعرا (ša‘rāʼ), que significa vergel.
Es una planta discreta, propia de nuestro clima mediterráneo, pero se distingue de otras más vistosas por su adaptabilidad y resiliencia, valores con los que nos identificamos.
Es capaz de crecer en suelos pedregosos, pobres y degradados y, a pesar de la apariencia frágil de sus flores, es una planta notablemente robusta.
Por otro lado, la jara es un símbolo de elegancia en su simplicidad. Su perfil puede resultar modesto, pero esta flor transmite un mensaje de belleza sin pretensiones, sin ostentaciones.
Y más aún, es una planta muy solidaria, una planta Pionera. Se denominan así a las primeras plantas que colonizan un hábitat que se ha degradado o destruido (por la acción del fuego o por deslizamientos de tierra, por ejemplo) con el objetivo de crear un entorno más favorable para que otras especies de plantas y animales se establezcan y se desarrollen.
¿Y por qué el icono de una encina?
¿Y por qué no?
Este árbol tan robusto, longevo y majestuoso es un elemento icónico de la identidad cultural de la provincia, es la piedra angular de uno de los ecosistemas más hermosos que tenemos en Salamanca, la dehesa.
Su presencia transmite sensación de permanencia, serenidad y estabilidad en el paisaje y en nuestro anagrama.
Pocos árboles hay tan emblemáticos como la encina.
Y por eso forma parte de nuestra imagen.
