En la Semana Santa de Salamanca nos dedicamos por entero a decorar varias de las procesiones más destacadas de esta celebración.

Para Jara es un honor contribuir con nuestro trabajo en una celebración con tanto prestigio y estamos muy agradecidas a las hermandades con las que colaboramos por la confianza que han depositado en nosotras y por la oportunidad que desde hace años nos vienen ofreciendo de contribuir con nuestras decoraciones florales en la identidad de una celebración tan arraigada en la historia, en la cultura y en el corazón de Salamanca.

La complejidad de organizar un evento de esta trascendencia, el valor artístico de las tallas (algunas considerados auténticas obras maestras en imaginería del arte sacro), el enorme recogimiento, el cuidado del marco estético y el carácter sobrio y austero, distinto en comparación con ejemplos quizás más conocidos como el andaluz, hacen que la Semana Santa de Salamanca forme parte esencial del rico patrimonio cultural de Castilla y León y de España por lo que fue reconocida de Interés Turístico Internacional en 2003.

Con alrededor de diez mil cofrades, Salamanca fue, además, pionera en la inclusión de la mujer en las cofradías y en el acceso a los turnos de carga para portar los pasos.

Besamanos de la Virgen de la Soledad

Uno de los primeros encargos que hemos atendido en Floristería Jara ha sido la decoración del altar de la capilla de Nuestra Señora de la Soledad en la Catedral Nueva para acoger el tradicional Besamanos, uno de los actos de la Semana Santa más esperados por los fieles salmantinos que tiene lugar el Sábado de Pasión o la víspera del Domingo de Ramos.

Para la Capilla realizamos normalmente varios centros de gran tamaño. Este año los arreglos están compuestos con rosas blancas, rosas rosa, flor de cera y paniculata sobre una base de aralia.

La Borriquilla

La Borriquilla es la procesión que marca el inicio de la Semana Santa de Salamanca y en nuestra floristería. Desfila el Domingo de Ramos.

Conocida popularmente como la Procesión de los Niños, es uno de los pasos de Semana Santa que más ilusión nos hace decorar y que más satisfacciones nos produce. La participación de los niños que desfilan y la cantidad de ellos que la visitan añade al carácter solemne de la procesión un talante festivo que nos contagia.

Al rededor del paso colocamos de un modo ordenado sobre una base de hojas de Phoenix roebelenii y helecho, una combinación alegre y vistosa de: gerberas, que representan la pureza y la alegría; de lilium de diversos colores; de alstroemeria, símbolo de la paciencia, la empatía y el compromiso; de gypsophila paniculata que alude a la inocencia y al amor duradero; de rosas, simbolo del amor, gratitud y respeto y de alhelíes que personalizan la lealtad.

Jesús Flagelado y Virgen de las Lágrimas

Jesús Flagelado y Nuestra Señora de las Lágrimas inician su recorrido por las calles del centro de Salamanca desde la iglesia de La Clerecía el Miércoles Santo a las 21.30 horas, transportada por los integrantes de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Flagelado y Nuestra Señora de las Lágrimas.

La talla de Jesús Flagelado, realizada en 1760, es obra de Luis Salvador Carmona. Fue Director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y hoy, como imaginero, es considerado junto a Juan Pascual de Mena el más destacado del siglo XVIII en España.

La escultura representa a Cristo recogiendo sus vestiduras tras la flagelación. Es la imagen de mayor calidad artística, por la perfección de su anatomía, de las que participa en las procesiones de la Semana Santa de Salamanca junto con la Piedad, tallada, también, por el mismo.

Desde 1952 le acompañan en el paso cuatro angelitos portando los símbolos de la Pasión: corona de espinas, flagelo, lanza e hisopo. Se ha atribuido la autoría a varios escultores, si bien, la hipótesis más plausible es que sean obra del propio Carmona.

La decoración floral del paso de Jesús Flagelado se realiza con clavel rojo y siempreviva morada.

Nuestra Señora de las Lágrimas es una imagen realizada en 1977 por José Miguel Sánchez Peña.

Es una figura dolorosa tallada en madera de pino de Flandes con caracteres generales andaluces, de vestir, de las llamadas de candelero. Sin embargo, su cabeza mirando hacia arriba y su expresión son más propios del estilo castellano.

Viste saya y manto negros bordados en azabache ciñendo un fajín color eminencia (un matiz del violeta) similar al que llevan los cofrades en el desfile y tiene una diadema de plata. En 2012 fue restaurada sustituyéndose las lágrimas por unas nuevas de cristal.

La Virgen de las Lágrimas se decora con grandes centros de rosas y claveles al rededor del paso.

Cristo Yacente y Agonía Redentora

La Real Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Yacente de la Misericordia y de la Agonía Redentora es la primera de las hermandades de la Semana Santa de Salamanca que desfilan el Jueves Santo iniciando su recorrido desde la Catedral Nueva a las 00,00 horas.

Desde hace tiempo, la cofradía ha ido enriqueciendo el desfile añadiendo elementos que destacan por el delicado trabajo artístico realizado en oro y plata en los guiones y estandartes. Las carrozas iniciales también han sido sustituidas por otras en nogal tallado con motivos barrocos y platerescos.

El Stmo. Cristo Yacente de la Misericordia es obra de Enrique Orejudo. Tallada en 1991 en madera de abedul a la usanza castellana fue restaurada en 2008 por el propio autor aclarando la policromía y ahuecando el interior para rebajar su excesivo peso.

Desfila sobre un paso tallado también en abedul por Agustín Cruz Rojo en 1991. El cuerpo bajo está formado por hojas de acanto con el emblema de la hermandad en el centro de cada paño. El superior forma una peana con motivos vegetales sobre la que descansa la imagen.

El Santísimo Cristo de la Agonía Redentora es un crucificado anónimo del siglo XVI atribuido a Juan de Balmaseda por las similitudes con el Cristo de la Misericordia custodiado en la iglesia de Ntra. Sra. de la Calle de Palencia, del que es autor.

Es la imagen más antigua que procesiona en la Semana Santa de Salamanca. Procede del Convento de las Isabeles, de donde salió a escondidas la noche del Miércoles Santo de 1836 con destino a la Catedral para salvarse de una posible ruina o pillaje ante el proceso de Desamortización de Mendizábal, que obligó a las religiosas a abandonar el convento.

La decoración floral la constituye un monte de clavel rojo.

Virgen de la Soledad

En Jara también nos encargamos de decorar el paso de la procesión que recorre las calles del centro de Salamanca desde las primeras horas de la madrugada del Sábado Santo. Una procesión que se caracteriza por su elegancia, sobriedad y luto riguroso.

Bajo palio, luciendo un impresionante manto de terciopelo negro bordado en plata y sobre riquísimas andas desfila el paso con la imagen Nuestra Señora de la Soledad acompañada por los más de 2.700 hermanos que integran la Hermandad y de miles de salmantinos alumbrando el recorrido.

La Virgen de la Soledad es una figura esculpida en 1941 por Mariano Benlliure, escultor español considerado como el último gran maestro del realismo decimonónico.

La imagen responde al canon de belleza habitual en la obra de Benlliure: una mujer joven, de rasgos muy actuales que sigue el modelo de belleza de la época. No hay excesos en los gestos, todo lo contrario, la serenidad de su rostro transmite un profundo dolor por la pérdida del Hijo. Al contemplarla impresiona su realismo y la serenidad de sus facciones hasta el punto de que se tiene la impresión de estar delante de una mujer real.

La imagen desfila en un paso de palio, del estilo de los tronos malagueños, realizado en metal plateado por los Talleres Pedro Ruiz de Vitoria en 1930. En 1993 se  adornaron los laterales con  plata repujada, colocando 3 emblemas de la Hermandad y rematando los banzos externos con grandes tallas bañadas en plata. La carroza se remata con palio de 8 varas y las dos toneladas y medio de peso la soportan 75 cofrades que no se relevan en todo el recorrido de la procesión.

La decoración florar se compone centros de orquídeas Cymbidium, rosas blancas y rosa, astromeria, calas, alhelíes, flor de cera y fisofila sobre hojas de monstera.

Integrado en la procesión de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad, desfila la Soledad de la Cruz o la Cruz de la Soledad, un paso alegórico tallado por los artistas Vicente Cid y Tomás Monzón consistente en una Cruz de madera en posición casi abatida y soportada por cinco angelotes.

Los angelotes recuerdan por sus hechuras los que Luis Salvador Carmona tallara para acompañar a Jesús Flagelado. Tienen los rostros mofletudos, la nariz respingona, ojos grandes de miradas tristes, melena rubia de pelo ensortijado con mechones que caen sobre la frente, cuerpos redondea­dos de gordinflonas formas y unas alas desplegadas, policromados.

Se decora este paso con centros de flores variadas.

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