Cuidados de las calas
Las calas prefieren la luz indirecta, pueden quemarse con una luz solar intensa. Necesita un suelo húmedo pero bien drenado. No tolera el encharcamiento, así que es importante no regarla en exceso. Prefiere temperaturas cálidas y no tolera bien el frío extremo.
Se puede abonar con un fertilizante líquido equilibrado diluido aproximadamente cada dos semanas durante la primavera y el verano y es recomendable replantar las calas cada pocos años para renovar el sustrato y evitar la acumulación de sales.
Todas las partes de la cala son tóxicas si se ingieren, por lo que se debe mantener fuera del alcance de niños y mascotas.
Las calas son populares en arreglos florales debido a su belleza y larga duración como flor cortada.
Cuidar un ramo de calas para mantenerlo fresco y hermoso por más tiempo no requiere de muchos cuidados especiales. Te recomendamos recortar los tallos en diagonal al recibir el ramo, de este modo aumenta la superficie de absorción de agua. Utiliza un jarrón limpio y desinfectado para colocar las calas y asegúrate de que el recipiente esté lleno de agua limpia y fresca. Elimina las hojas que estarán sumergidas en el agua para evitar la proliferación de bacterias.
Coloca el ramo en un lugar fresco y con luz indirecta. Evita exponerlo directamente al sol o a corrientes de aire que puedan deshidratar las flores y mantén el ramo alejado de fuentes de calor.
Cambia el agua del jarrón cada dos días para mantenerla limpia y fresca. Al cambiar el agua, recorta ligeramente los extremos de los tallos para mejorar la absorción de agua. Con los días tendrás que retirar las flores marchitas o dañadas del ramo para evitar que afecten a las demás.