Qué son las flores preservadas
Las flores preservadas son flores naturales que han pasado por un proceso especial para mantener su apariencia fresca y su belleza durante mucho más tiempo que las flores frescas sin necesidad de agua ni cuidados adicionales. En este proceso de preservación, las flores se sumerjen en una solución que reemplaza su savia natural con un líquido conservante, que puede ser de glicerina u otros compuestos especiales. Una vez tratadas y secadas cuidadosamente, mantienen sus colores y textura originales y pueden durar meses o incluso años en perfecto estado.
Ven a Jara y conoce la amplia variedad de opciones
Ven a visitarnos y descubre el fascinante mundo de las flores preservadas. En nuestra tienda encontrarás una cuidadosa selección de estas flores tan especiales. Cada una de ellas ha sido elegida pensando en su durabilidad y belleza, lo que nos permite diseñar arreglos únicos.
Visita nuestra floristería y conoce la amplia variedad de opciones que tenemos para ti. Si buscas un brochazo natural de flores que no requiera cuidados constantes y que conserve su belleza durante meses o incluso años, nuestras flores preservadas son la opción perfecta.
¡Estamos aquí para asesorarte y ayudarte a elegir el arreglo ideal para tu espacio o celebración!
La versatilidad de las flores preservadas
En Jara utilizamos las flores preservadas en decoraciones personalizadas para cualquier ambiente o temporada. Su colorido y su frescura añaden vida a cualquier espacio y aportan una pincelada natural que se mantiene vibrante con el paso del tiempo. Y Pueden combinarse fácilmente con otros elementos decorativos, como follajes secos, plumas, ramas y flores artificiales.
Son excelentes para crear ambientes acogedores y elegantes en el hogar, oficinas o espacios comerciales. Desde jarrones y centros de mesa hasta arreglos colgantes y murales florales, su variedad de colores y formas las hace perfectas para adaptarse a distintos estilos.
En bodas, aniversarios y eventos corporativos, ofrecen una solución duradera y atractiva. Como no se marchitan, se pueden preparar con antelación y reutilizar después del evento, convirtiéndolos en recuerdos perdurables. Pueden utilizarse en ramos de novia, boutonnieres, coronas, centros de mesa y arcos florales, y además, sus colores pueden personalizarse para combinar con la temática del evento.
Gracias a su resistencia, las flores preservadas son perfectas para pequeños detalles y regalos únicos, como mini-ramos, pulseras, diademas o incluso en bisutería y joyería floral.
Son perfectas en decoraciónes de temporada como Navidad o Pascua, y pueden personalizarse con elementos temáticos para darle un toque especial a cada época del año. Por ejemplo, en invierno, se pueden combinar con ramas de pino preservado y piñas, mientras que en primavera, se pueden usar con tonos pastel para dar frescura y color a los espacios.
Los cuidados
Las flores preservadas son de muy bajo mantenimiento en comparación con las flores frescas. Sin embargo, para que conserven su aspecto perfecto durante más tiempo, es importante seguir algunos cuidados básicos:
- Mantenlas alejadas del sol directo. La luz solar intensa puede hacer que los colores de las flores preservadas se desvanezcan. Es mejor colocarlas en espacios sin exposición directa al sol para que no pierdan su color.
- Evita la humedad. Las flores preservadas no necesitan agua; de hecho, la humedad puede dañarlas, haciendo que pierdan su forma y textura. Lo ideal es mantenerlas en ambientes secos, evitando lugares como baños o cocinas.
- Límpialas regularmente. Para evitar que acumulen polvo, puedes limpiarlas suavemente con un plumero o con aire frío de un secador a baja potencia. Esto ayuda a mantenerlas impecables sin dañarlas. Al contrario que las flores frescas, las preservadas no necesitan agua y los productos de limpieza pueden dañarlas o alterar su color.
- No las manipules demasiado. Las flores preservadas son delicadas y pueden dañarse si se manipulan con frecuencia. Es mejor colocarlas en un lugar donde no se toquen constantemente.
- Aléjalas de fuentes de calor. La proximidad a estufas, radiadores o cualquier fuente de calor puede hacer que las flores preservadas se sequen más de lo deseado y pierdan su forma.