Las flores del otoño son un testimonio de la resiliencia de la naturaleza, son capaces de florecer y mostrar su belleza incluso cuando el mundo parece prepararse para un periodo de descanso. Estas flores no solo añaden color y vida al paisaje otoñal, también nos recuerdan que cada estación tiene su propia belleza. Desde los vibrantes crisantemos, las asombrosas dalias, los vistosos hibiscos hasta los delicados ásteres, cada una de estas flores aporta una historia, un símbolo y una particularidad botánica que enriquece nuestros ramos y centros.

En floristería, las flores de esta estación ofrecen un último espectáculo de color antes de que llegue el invierno. Con su historia rica en simbología y su capacidad para prosperar en condiciones más frías y menos luminosas, las flores del otoño nos enseñan a encontrar belleza y vida en todas las etapas del ciclo natural.

En cada pétalo, en cada hoja que cae, el otoño nos invita a reflexionar sobre la resistencia, la renovación y la persistencia de la vida, recordándonos la importancia de cada fase del año y celebrando la diversidad que cada estación tiene para ofrecer.

Variedades de flores de otoño

Estas son algunas de las flores más emblemáticas del otoño.

Crisantemo

Los crisantemos son flores icónicas del otoño reconocidas por su gran variedad de formas y colores. Estas plantas pueden ser perennes o anuales dependiendo de la especie y producen flores que van desde pequeños botones hasta grandes y esponjosas esferas. Los crisantemos se presentan en una amplia gama de colores, blanco, amarillo, rosa, rojo y púrpura. Las hojas son de un verde oscuro con bordes lobulados y los tallos son firmes y erectos, lo que permite que las flores mantengan su porte incluso cuando son de gran tamaño. Entre las variedades más populares se encuentran los crisantemos “pompones”, “decorativos” y “araña”, cada una con una estructura floral única.

Aster

El aster es una planta perenne que florece a finales del verano y en otoño, ofreciendo un estallido de color cuando muchas otras flores han terminado su ciclo. Las flores del aster son pequeñas y estrelladas, generalmente con un centro amarillo rodeado por pétalos que pueden ser de colores como azul, púrpura, rosa o blanco. Las hojas son alargadas y estrechas de un verde oscuro y los tallos suelen ser delgados pero resistentes, lo que permite que las flores se dispersen elegantemente. El aster es conocido por atraer mariposas y otros polinizadores, lo que lo convierte en una adición valiosa a jardines que buscan apoyar la biodiversidad.

Dalia

La dalia es una planta perenne muy apreciada por sus flores espectaculares y de gran tamaño. Originaria de México, la dalia produce flores que pueden ser simples o dobles con una asombrosa variedad de formas, desde esféricas hasta cactus y colores que incluyen prácticamente todos los tonos del espectro. Las hojas de la dalia son pinnadas de un verde brillante y con bordes dentados. Las flores suelen crecer en tallos altos y robustos, lo que las convierte en un punto focal en cualquier jardín. Las dalias son especialmente populares en arreglos florales y exhibiciones debido a su belleza y diversidad.

Pensamiento

El pensamiento, o Viola tricolor, es una planta anual o bienal muy popular en jardines, especialmente en otoño e invierno, debido a su capacidad para florecer en climas fríos. Las flores del pensamiento son pequeñas, pero muy llamativas, con una amplia gama de colores que incluyen morado, azul, amarillo, blanco y combinaciones de estos. Una característica distintiva del pensamiento es la “cara” que se forma en el centro de la flor, debido a las manchas de color que contrastan con los pétalos. Las hojas son ovaladas y de un verde intenso, con bordes ligeramente dentados. Los pensamientos son versátiles y se utilizan comúnmente en macetas y arreglos ornamentales, aportando un toque de color durante las estaciones más frías.

Sedum

El sedum es una planta suculenta perenne conocida por su resistencia y bajo mantenimiento. Sus hojas carnosas y gruesas, que almacenan agua, suelen ser de color verde, aunque algunas variedades presentan tonos rojizos o púrpuras. Las flores del sedum son pequeñas y estrelladas, agrupadas en densos racimos que florecen a finales del verano y en otoño. Los colores de las flores varían desde blanco y rosa hasta rojo intenso. El sedum es muy popular en jardines de rocas, bordes y cubiertas de suelo, ya que tolera bien las condiciones secas y requiere poca atención.

Brezo

El brezo, o Calluna vulgaris, es un pequeño arbusto perenne que florece en otoño. Es conocido por sus diminutas flores en forma de campana, que pueden ser de color púrpura, rosa o blanco. Las flores del brezo están densamente agrupadas en espigas que cubren los tallos, creando una alfombra de color vibrante en los paisajes donde se cultiva. Las hojas del brezo son pequeñas, escamosas y de color verde oscuro, a veces con matices plateados o dorados. El brezo es una planta de suelo ácido y es común en áreas montañosas y brezos, proporcionando interés durante los meses más fríos del año.

Girasol de otoño

El girasol de otoño, o Helianthus, es una planta herbácea que florece a finales del verano y principios del otoño. A diferencia de los girasoles típicos, estas variedades otoñales tienden a ser más pequeñas y ramificadas, con múltiples flores por planta. Las flores, como en el girasol común, tienen un centro oscuro y pétalos amarillos brillantes, aunque algunas variedades pueden tener pétalos de tonos rojos, anaranjados o dorados. Las hojas del girasol de otoño son grandes, ovaladas y rugosas, con un verde intenso que complementa bien las flores.

Rudbeckia

La Rudbeckia, también conocida como “Susana de ojos negros”, es una planta perenne que florece desde finales del verano hasta el otoño. Las flores de la Rudbeckia son grandes y vibrantes, con pétalos amarillos o anaranjados que rodean un prominente centro marrón o negro. Las hojas son alargadas, ligeramente ásperas al tacto y de un verde oscuro. Las flores crecen en tallos largos y robustos, lo que las hace ideales para cortar y utilizar en arreglos florales. La Rudbeckia es conocida por su capacidad de atraer mariposas y abejas, y es una planta resistente, adecuada para jardines de bajo mantenimiento.

Anémona de otoño

La anémona de otoño, o Anemone hupehensis, es una planta perenne que añade un toque de elegancia a centros, ramos y a los jardines de finales de verano y otoño. Las flores de la anémona de otoño son delicadas, con pétalos simples o dobles que pueden ser de color blanco, rosa o púrpura claro. Cada flor tiene un centro amarillo que contrasta con los pétalos, creando un efecto visual suave y atractivo. Las hojas de la anémona son lobuladas y de un verde oscuro, creciendo en tallos largos y esbeltos que permiten que las flores se balanceen grácilmente con la brisa. Esta planta es apreciada por su capacidad de iluminar las zonas sombreadas del jardín durante los meses otoñales.

Flor de azafrán

La flor de azafrán, también conocida como Crocus sativus, es una pequeña planta bulbosa que florece a finales de otoño. Sus delicadas flores, generalmente de color violeta, son muy apreciadas por sus estigmas, que se recolectan y se secan para producir el valioso azafrán, una de las especias más caras del mundo. Las flores tienen una estructura simple, con seis pétalos y tres estigmas de un intenso color rojo. Las hojas son estrechas, alargadas y de color verde intenso, lo que contrasta elegantemente con las flores.

Ciclamen

El ciclamen es una planta herbácea perenne, popular por sus vistosas flores que aparecen en otoño e invierno. Las flores pueden ser de varios colores, incluyendo blanco, rosa, rojo y púrpura y se elevan sobre tallos delgados que emergen del centro de una roseta de hojas. Las hojas del ciclamen son coriáceas, con forma de corazón, a menudo decoradas con patrones plateados en la superficie. Las flores tienen una característica forma de mariposa, con pétalos que se curvan hacia atrás, dándole un aspecto distintivo y delicado.

Siempreviva

La siempreviva es una planta perenne conocida por sus flores que mantienen su color y forma incluso después de secarse. Las flores suelen ser pequeñas, de colores brillantes como amarillo, naranja o rosa, y están agrupadas en densas cabezas florales. Las hojas de la siempreviva son delgadas, alargadas y de un verde grisáceo, cubiertas a menudo de una ligera pelusa que les da una textura suave al tacto. Esta planta es muy apreciada en arreglos florales secos por su durabilidad.

Hibisco

El hibisco es una planta tropical que destaca por sus grandes y vistosas flores, que pueden alcanzar hasta 20 centímetros de diámetro. Las flores del hibisco tienen una estructura característica con cinco pétalos que pueden ser de colores vibrantes como rojo, rosa, amarillo o blanco. En el centro de la flor, sobresale un largo estigma rodeado por estambres, lo que le da una apariencia exótica y llamativa. Las hojas del hibisco son grandes, de forma ovalada, con bordes dentados y un verde brillante que complementa bien las llamativas flores.

Jacinto

El jacinto es una planta bulbosa muy conocida por su fragancia intensa y sus densas espigas de flores. Cada espiga está formada por numerosas florecillas acampanadas que pueden ser de colores variados, como azul, rosa, blanco, morado o amarillo. Las hojas del jacinto son largas, estrechas y de un verde intenso, formando una roseta en la base de la planta. Esta flor es una de las favoritas de la primavera, y su fuerte aroma es inconfundible en jardines y arreglos florales.

Caléndula

La caléndula es una planta anual o perenne, según la especie, que se caracteriza por sus vibrantes flores de color naranja o amarillo. Las flores son grandes, con numerosos pétalos dispuestos en una forma similar a una margarita. La caléndula es conocida por su resistencia y facilidad de cultivo, siendo una elección popular en jardines de todo el mundo. Las hojas de la caléndula son alargadas, de un verde claro y ligeramente pegajosas al tacto. Además de su uso ornamental, la caléndula es valorada por sus propiedades medicinales y cosméticas.

Gladiolos

Los gladiolos son plantas bulbosas que se distinguen por sus altas espigas de flores, que pueden alcanzar hasta un metro de altura. Las flores están dispuestas en filas a lo largo del tallo, y pueden ser de una amplia variedad de colores, incluyendo rojo, rosa, púrpura, blanco y amarillo. Cada flor es tubular, con seis pétalos que se abren en una forma elegante y llamativa. Las hojas de los gladiolos son largas, en forma de espada, y de un verde oscuro que añade dramatismo al conjunto de la planta. Los gladiolos son populares en arreglos florales y a menudo se asocian con el simbolismo de la fuerza y la integridad.

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