Cómo cuidar tus ramos para que duren más
Mantener la frescura de un ramo de flores puede ser todo un desafío, especialmente cuando las queremos lucir en casa o en un evento especial. Un conservante casero para flores cortadas es una solución natural y económica que puede ayudar a prolongar la vida de tus flores. En lugar de recurrir a productos comerciales, puedes crear fácilmente tu propio conservante con ingredientes que probablemente ya tienes en casa. Este método no solo es efectivo, sino también respetuoso con el medio ambiente y asegura que tus flores mantengan su belleza durante más tiempo.
Cuando recibimos un ramo de flores frescas, queremos que mantengan su belleza durante el mayor tiempo posible. Para ello, es importante seguir ciertos pasos básicos de cuidado. Lo primero es cortar los tallos en diagonal antes de colocarlos en un jarrón con agua limpia, asegurando que se eliminen las hojas que puedan quedar sumergidas en el agua ya que estas se descomponen rápidamente y generan bacterias que afectan a las flores. Cambiar el agua cada dos días para evitar que se ensucie, también alarga la vida de las flores.
Pero, a veces, incluso con un buen cuidado, las flores comienzan a marchitarse antes de lo esperado. Es en este momento cuando podemos considerar el uso de un conservante para alargar su frescura. Los conservantes que tenemos en Floristería Jara son productos comerciales diseñados para alimentar las flores y evitar la proliferación de bacterias fabricados a base de azúcar, ácido cítrico y un agente bactericida.
Propiedades de los ingredientes
Los ingredientes que vamos a usar, muy comunes en nuestros hogares, son: azúcar, vinagre o zumo de limón y lejía porque tienen las propiedades químicas adecuadas para fabricar este conservante casero que os recomendamos.
Como las flores cortadas ya no reciben nutrientes de la planta madre, necesitan una fuente de energía externa, el azúcar. La glucosa actúa como alimento proporcionando los carbohidratos necesarios que permiten que las flores sigan desarrollándose y manteniéndose vivas durante más tiempo.
El vinagre o el zumo de limón son ácidos que equilibran el pH del agua, haciéndola más ácida. El agua ligeramente ácida favorece la absorción de agua y nutrientes por los tallos. Además, el ambiente ácido inhibe el crecimiento de bacterias y hongos que pueden obstruir los conductos de las flores y acelerar su marchitamiento.
La lejía es un agente bactericida que ayuda a mantener el agua libre de microorganismos. Las bacterias y los hongos se desarrollan rápidamente en el agua estancada obstruyendo los tallos de las flores y disminuyendo su capacidad de absorción de agua. La lejía previene este crecimiento bacteriano, manteniendo el agua más limpia por más tiempo.
El agua del grifo es la que normalmente se usa, pero puede contener minerales o impurezas que afectan negativamente a las flores. Recomendamos utilizar agua destilada o embotellada para maximizar la durabilidad de las flores. Como está libre de contaminantes, ayudan a la absorción de los nutrientes con mayor facilidad.
Receta para el conservante casero:
- 1 litro de agua (preferiblemente destilada o embotellada)
- 2 cucharadas de azúcar
- 2 cucharadas de vinagre blanco
- 1/2 cucharadita de lejía
Se puede sustituir el vinagre por zumo de limón. Tanto el vinagre como el limón son ácidos y cumplen la misma función.
Mezcla bien todos los ingredientes, vierte la solución en el jarrón y, luego, introduce las flores, ¡fácil!. Es importante cambiar esta mezcla cada 2 o 3 días, o cuando notes que el agua comienza a enturbiarse, para asegurar que las flores se mantengan en las mejores condiciones posibles.
Este simple conservante casero puede alargar la vida de tus flores cortadas, manteniéndolas frescas y bonitas durante más tiempo sin la necesidad de comprar productos comerciales.