La Cinta, clorofito, lazo de amor, planta de araña o malamadre es una planta de interior muy popular. Se ha ganado un lugar especial en nuestra memoria colectiva por su omnipresencia en los hogares. Si no la hemos tenido en algún momento en nuestro hogar, seguro que la hemos visto en casa de nuestras abuelas, de nuestros amigos e, incluso, en algún lugar público como pueda ser una oficina o un bar.

También es conocida por su resistencia y por su facilidad de cuidado, si bien, la gracia de esta planta radica en la atractiva forma de cascada vegetal que adopta debido al peso de sus tallos si está cultivada en una maceta. Y si la maceta la tenemos en alto, sobre un taburete o colgada del techo, el efecto de cascada se ve aumentado.

La Cinta, en latín Chlorophytum Comosum, es nativa de Sudáfrica, donde crece en zonas boscosas y húmedas. Se introdujo en Europa en el siglo XVIII y desde entonces se ha convertido en una de las plantas de interior más populares del mundo. Pertenece a la familia de las Asparagáceas, de los espárragos.

Sus curiosos nombres

El nombre de clorofito no es muy original que digamos, es, simplemente, una castellanización de su término latino de Chlorophytum que significa «planta verde», un apelativo que se podría haber dado a casi todas las plantas.

Lazo de amor se debe a que se reproduce de un modo muy particular que recuerda a los lazos entrelazados, valga la redundancia.

Como planta de araña la conocen los ingleses, «spider plant», porque las crías crecen en pequeñas estructuras colgantes que se asemejan a las patas de una araña. Estas crías, llamadas hijuelos, se desarrollan a partir de estolones, tallos largos y delgados que brotan desde la base de la planta madre y, a medida que maduran, sus hojas se van desplegando y toman la forma característica de la planta madre.

Y el nombre de malamadre por su habilidad para reproducirse. La cinta, con gran facilidad, genera nuevos brotes o «hijuelos» que, a su vez, pueden desarrollar raíces y convertirse en nuevas plantas independientes. La idea de una planta que se reproduce con tanta desenvoltura, a veces se asocia a conceptos negativos como el exceso, el descontrol o incluso la irresponsabilidad. Cosa que está muy lejos de la realidad, la cinta cuida perfectamente de todos sus «hijuelos».

Características

Sus hojas son largas, estrechas y arqueadas, de un color verde intenso y con los bordes de color blanco o crema. Algunas variedades tienen hojas variegadas con tonos de amarillo o verde claro.

Las flores son pequeñas y blancas y aparecen en espigas en primavera o verano. No son especialmente llamativas, pero sí añaden un punto de interés a la planta.

Suele alcanzar entre 20 y 60 cm de altura, aunque algunas variedades pueden ser más grandes.

Variedades

Las variedades más comunes son:

  • Chlorophytum comosum ‘Variegatum’: la variedad más popular, de hojas verdes y bordes blancos.
  • Chlorophytum comosum ‘vittatum’: de hojas verdes con rayas blancas longitudinales.
  • Chlorophytum comosum ‘Luteum’: hojas verdes con bordes amarillos.
  • Chlorophytum comosum ‘Lanigerum’: de hojas más pequeñas y peludas que las otras variedades.

Cuidados

La Cinta es una planta muy fácil de cuidar. Se adapta a una amplia gama de condiciones y puede tolerar hasta cierta negligencia ocasional, por decirlo de algún modo.

Para conseguir que la cinta crezca sana no hay que hacer gran cosa, más allá de proporcionarle una luz intensa, sin sol directo y agua a voluntad en el periodo de crecimiento, siempre que cuente con buen drenaje para el agua sobrante. El sol puede hacer que sus hojas amarilleen en exceso, es una planta que, como en su lugar de origen, está acostumbrada a crecer a la sombra tamizada de otras plantas más altas.

Aunque parezca una planta friolera, resiste las heladas siempre y cuando esté a resguardo, donde algún tipo de techado reduzca el efecto adverso de las noches gélidas.

También aguanta una leve sequía, eso sí, a costa de su estética, porque perderá una gran cantidad de hojas y su color pasará de su verde vivo habitual a uno más grisáceo y mortecino a la espera del siguiente riego.

Es una planta bastante resistente a las enfermedades y a las plagas. Sin embargo hay que evitar el exceso de riego y vigilar que no tenga cochinillas, pequeñas plagas marrones que se adhieren a las hojas, o pulgones, esos pequeños insectos verdes o negros que se alimentan de la savia de la planta.

Beneficios

La Cinta no solo es una planta bonita y fácil de cuidar, sino que también tiene varios beneficios, purifica el aire eliminando toxinas como el formaldehído, el benceno o el xileno del aire, aumenta la humedad ambiental liberando vapor de agua al aire, y reduce el estrés, los estudios han demostrado que las plantas pueden ayudar a reducir el estrés y la ansiedad.

En resumen, la Cinta es una planta perfecta para principiantes o para aquellos que no tienen mucho tiempo para dedicar a la jardinería. Es una planta resistente, hermosa y beneficiosa que aportará un toque de vida a tu hogar.

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